¿Qué vale la arbitrariedad de un gobierno ante la valentía de un ciudadano? (Carta a Mancera)
(Guadalupe estuvo presa con su hija Fernanda Preciado y con Mariana Muñiz. Madre e hija fueron liberadas el lunes, día desde el cual no han dejado de luchar por la libertad de Mariana y sus compañeros. Hoy entregamos esta carta para Miguel Mancera. Hermoso texto que dibuja la ciudadanía a la que aspiro. Jesús)
México, D. F. a 8 de diciembre de 2012
Dr. Miguel Mancera Espinosa.
La libertad de nuestros hijos, hijas, hombres y mujeres, gente buena que está presa, acusada por los delitos cometidos el 1 de diciembre, no puede ser el salario de sus verdugos. Víctimas del derecho del más fuerte, por la fuerza que no por la razón, su violenta detención significa la violación de la esencia misma del derecho.
El pueblo no es ingenuo, las leyes no son abstracciones vacías, y los graves cargos que imputan a los detenidos no son hechos puros, están contaminados por la política y por los charlatanes oficiosos del sistema que como condicionamiento social mediático se constituyen en jueces y dan un veredicto: son vándalos, delincuentes, terroristas, y ¡no!, no pueden ser delincuentes la joven sin empleo que va pasando, los muchachos que visten y tienen un aspecto no convencional y a muchos no les gusta y mucho menos los ciudadanos, trabajadores, estudiantes, amas de casa, madres que en uso de sus derechos, ejercen libertad política expresando sus desacuerdos, nuestra inconformidad por una imposición que al parecer exige obediencia sin crítica, sin disidencia; pues esta acción parece la advertencia de tal hecho.
Si alguno hay que tuviera probado un desacato a la ley, lo cual hasta ahora no ha sido, y por ese mismo hecho se le castigara por todo, por su desobediencia, la ley estaría a la altura de los zapatos. Sabemos y lo vivimos , que el operativo policíaco tuvo la consigna de acorralar, de sorprender, de provocar violencia para detener; el que destruye, el que ataca no se deja sorprender, no lo hace si se siente acorralado porque sabe cómo actuar y lo peor de esto fue que, al parecer, los verdaderos bárbaros estaban protegidos.
El dolor de estar encarcelados con nuestros hijos, hermanos, se multiplica por todos los que están fuera y nos aman, mismos que en su momento ejercieron un derecho político y por incuestionable mayoría decidieron qué gobierno querían, al menos aquí, en la capital de la República, donde no esperamos un gobierno con una legalidad moralmente corrupta.
“¿Qué es un rey comparado con un ciudadano? Los ciudadanos son inviolables y sagrados”, se preguntaba y respondía Saint-Just en los albores del Estado de derecho moderno. Nosotros nos preguntamos mirando de frente nuestra realidad ¿Qué vale la arbitrariedad de un gobierno ante la valentía de un ciudadano?
Señor jefe de gobierno, exigir no debería ser lo nuestro, víctimas y familiares, amigos y conciudadanos de detenidos injusta y arbitrariamente en reclusorios, sólo le pedimos que cumpla su dicho al rendir protesta como Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Libertad para los presos políticos, juicios justos para infractores y castigo para los culpables, de todos los mandos. Sólo eso.
ATENTAMENTE
Guadalupe Castillo Martinez
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