En catorce meses de gobierno, Dilma Rousseff, a diferencia de su antecesor Lula da Silva, ha mantenido un perfil más bajo y técnico, lo cual no ha sido obstáculo para desarrollar, con estilo propio, la importante agenda político-económica de Brasil. Con más de 190 millones de habitantes, Brasil es la sexta economía del mundo y la primera de América Latina. Su liderazgo en la escena internacional se afianza.
El gobierno de Lula da Silva mantuvo un envidiable crecimiento económico, hizo grandes avances en la reducción de la pobreza y desarrolló una política exterior más independiente. Brasil se convirtió en el ejemplo a seguir. Ahora Rousseff ha decidido, sin hacer pausa, volver la mirada hacia dentro, hacia los fundamentos del Estado. Ha sabido afrontar incesantes batallas contra la corrupción, lo que le ha permitido ganar independencia política y proporcionar unas bases más sólidas para el progreso del país.
El acto se celebró el pasado 16 de abril de 2012.
Participaron:
- Julimar da Silva Bichara, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.
- Martín Santivañez Vivanco, Investigador del Navarra Center for International Development de la Universidad de Navarra.
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